Me gusta escribir para hacer reír a la gente, o para ponerlos a pensar sobre
aspectos del diario vivir. Más en estos tiempos en que las redes sociales pasan
llenas de comentarios negativos, insultos, malas noticias, gente anunciando el caos.
Me gusta escribir cosas graciosas para que mis amigos de FB tengan un oasis de paz
entre tanto alboroto de ahora. Ya sé que yo también me meto en esos alborotos de
los que hablo, por eso pido disculpas, pero cada día hago un esfuerzo por volver a
la senda de los comentarios positivos o cómicos.
No sé cómo hacen los escritores de verdad, yo solo soy un amateur, pero esto de
escribir no es como sentarse y ya esperar a que le vengan las ideas a la mente. Esto
de escribir es como que “lo cague una paloma”, o sea, usted no sabe “cuándo le va
a pasar”. Las ideas lo asaltan de improviso, yo a veces voy manejando y me llega
una idea, entonces paro el carro y la escribo porque si no después se me olvida, o
se me va la inspiración. Así que estas ideas son sorpresivas, como la manzana que
le abolló el cráneo a Newton, que le cayó de sorpresa. O las cagadas de los zanates
en el parque le Liberia, aunque creo que esto último es más previsible. Albert
Espinoza