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El actual vino ícono de la bodega de los hermanos Durigutti es un tributo a su madre Victoria. Desde siempre se trató de un corte de cepas tintas pero en la añada 2016 no solo propone una composición muy singular (50% Malbec, 30% Cabernet Franc, 17% Petit Verdot y 3% de Cordisco) sino que además estrena nueva imagen. El origen de las uvas es Las Compuertas donde conviven cepas de 1914 con otras plantadas durante la última década. Elaborado con cepas autóctonas en roller fermentors de 600 litros de segundo uso, es criado durante 12 meses en las mismas barricas y luego otros dos años en huevos de hormigón. Resulta muy complejo y elegante con un perfil clásico de frutos rojos maduros, especias dulces y hierbas junto a tonos tostados, en boca es amplio, jugoso con buen cuerpo y taninos redondos. Final prolongado y buen potencial de añejamiento.